¿Qué es la semiótica?
La semiótica es una disciplina o rama de la filosofía, que también es conocida como semiología o teoría de los signos. Como bien indica uno de sus nombres, se encarga del estudio de los signos y las maneras en que se trasmite y construye la comunicación. Esta disciplina se enmarca dentro de las teorías del lenguaje, donde el signo se define como la mínima unidad de una oración.
Para poder realizar ese análisis, la semiótica se separa en tres ramas:
- Semántica: esta rama estudia los signos como medio de la expresión del sentido.
- Pragmática: estudia la relación del sistema de signos con las personas que los usan.
- Sintáctica: esta otra rama estudia la estructura interna de los sistemas de signos. Esto independientemente de lo que signifiquen o la función que tengan.
Un concepto clave que podrás seguir para entender la semiótica es la semiosis, que se define como la creación de un determinado significado a partir del uso de los signos. Con lo cual, se establecen estos elementos que la componen: el objeto, el signo y el intérprete.
Origen e inicios de la semiótica
La primera vez que fue usado por primera vez por el filósofo inglés John Locke. Aunque este término, entre el 1600 y 1700, se usaba como sinónimo de diagnóstico para los médicos. Es decir, tenía que ver con los signos, pero aplicado a los signos que presentaban los enfermos al ir al consultorio.
Esto te ayuda a entender que la humanidad ya venía teniendo un cierto interés en los signos y sus significados desde mucho tiempo antes. Personajes como Platón y Aristóteles fueron pilares fundamentales para la formulación de muchos conceptos que se relacionan a la semiótica.
Su precursor más moderno fue el filósofo estadounidense Charles Peirce, que la bautizó como “Sémiotique”, relacionándola con la lingüística.
Relación con la ontología
Teniendo en cuenta que la semiótica comparte ciertas relaciones con los aspectos ontológicos fundamentales relacionados a la lingüística. La ontología, término usado por primera vez por el filósofo alemán Jacob Lorhard, refiere al estudio del ser y cómo se comporta en relación a lo que lo rodea. Naturalmente, se establece una relación ya que la semiótica refiere a los signos que te comunicás y entendés las cosas a tu alrededor.
De ese modo, podés comprender que la semiótica es uno de los elementos que componen la comunicación y, por ende, uno de los aspectos del contexto que compone a una persona o individuo como tal.
¿Cuál es la función de la semiótica?
La semiótica cumple una función simbólica dentro del área de la psicología. Se relaciona con la capacidad que tiene tu cerebro de formar y relacionar los distintos signos en relación a hechos, síntomas o sucesos.
Esta función fue explorada y desarrollada por Jean Piaget, psicólogo suizo que estableció que los seres humanos pueden comprender signos desde los dos años de edad. En esa misma etapa, según comenta, comienza el desarrollo de la inteligencia preoperatoria. Describe esta función como la de los significados ausentes, las relaciones, objetos o eventos pueden tomar significado a partir de signos.
En definitiva, la semiótica cumple la función que le permite a tu cerebro trabajar y relacionar los distintos tipos de signos. Y no nos referimos únicamente a los matemáticos, va más allá de eso. Se refiere a símbolos, recursos y gestos que hagan referencia a objetos o personas que estén ausentes.
Tipos de semiótica en otros campos
La semiótica es una disciplina que tenés que saber que puede ser aplicada en otros campos académicos. Esto da como resultado las formas aplicadas, que pueden ser:
- La semiótica médica: este tipo de semiótica está mayormente centrada en el reconocimiento; estudio y clasificación de los signos y síntomas que una enfermedad causa en el cuerpo de una persona.
- La semiótica musical: esta disciplina la podés aplicar para estudiar los signos con los que son representados normalmente la música. Ejemplos de esto pueden ser: notas musicales; estructuras internas y las partituras.
- La semiótica informática: acá podés aplicarlo al estudio de los signos que se hacen y usan en los lenguajes artificiales. Ejemplos de esto pueden ser los lenguajes de programación o códigos informáticos.
- La semiótica social: esta área se especializa por el estudio de los signos de la sociedad. Esto desde la perspectiva, y obviamente el contexto, de que los elementos sociales son muy cambiantes y subjetivos.
- La semiótica visual: en este último campo, la semiótica se aplica a la interpretación de las fotografías, imágenes y otro tipo de lecturas sobre signos visuales.
Gracias a esto, podés comprender que la semiótica no se rinda a una única interpretación o significado. Puede ser aplicada a diversos campos y áreas del conocimiento.
La semiología
El lingüista Ferdinand de Saussure, a comienzos del siglo XX, había concebido la posibilidad de la existencia de una ciencia que estudiara los signos «en el seno de la vida social», a la que denominó semiología. Posteriormente otro lingüista, el danés Louis Hjelmslev, profundizó en esta teoría y elaboró su sistemática formalización dentro del paradigma estructural, que bautizó como glosemática en sus Prolegómenos a una teoría del lenguaje5 (1943), sentando un conjunto de principios que servirán de fundamento teórico y epistemológico a ulteriores desarrollos de la semiótica estructuralista. A estos autores agregaron sus aportaciones; otro famoso lingüista, el ruso Roman Jakobson, y el austríaco Ludwig Wittgenstein, este último puso las bases de la pragmática lingüística al declarar que “el significado es el uso”.
Saussure consideraba el lenguaje como un sistema de signos que debía ser estudiado sincrónicamente y no diacrónicamente. Cada signo debía considerarse como constituido por un significante (un sonido-imagen o su equivalente gráfico), y un significado, es decir, el concepto u objeto al que representaba (Eagleton, 1994).
Con independencia de este desarrollo europeo, otra línea de investigación semiótica se desarrolló sobre los escritos que dejó el filósofo y lógico estadounidense Charles Sanders Peirce, lo conocido como semiótica anglosajona, semiótica lógica o semiótica a secas. El estudio de Pierce se ha definido como pragmático, es decir, que piensa dando prioridad a las consideraciones prácticas. En su desarrollo teórico, Peirce toma como objeto de estudio a la semiosis, proceso en el cual se daba la cooperación de tres instancias (o subjects):
- El representamen, o signo en sí, es decir, una manifestación material y perceptible que representa a otro objeto.
- El objeto, que es aquello representado, esto es, aquello de lo que el signo da cuenta.
- El interpretante, o sentido que el signo produce y que se traduce en otro signo o representamen.
Así pues, el signo es para él el producto de esta dinámica de semiosis, que la semiología europea designaba con otra terminología, respectivamente, significante, referente y significado, lo que luego se denominó triángulo de Ogden y Richards, estructura que integra estos tres elementos que configuran cualquier signo y que puede desfigurarse por fenómenos como la sinonimia, la homonimia, la polisemia, etc., de forma que el triángulo puede transformarse en un rombo, un segmento, etcétera.
Profundizando en la clasificación de los signos, Peirce llegó a la convicción de que estos podían clasificarse por la relación que guardaban estos elementos entre sí en tres tipos determinados:
- Icónicos o iconos, cuyo respectivo representamen o significante guarda una relación de parecido con su objeto o referente: mapas, caricaturas, croquis…
- Indicios o indicadores, cuyo representamen o significante guarda una relación natural o de causa-efecto con el objeto o referente: el humo como signo de fuego, el llanto como signo de emoción intensa (tristeza o alegría).
- Símbolos, aquellos signos en los que la relación entre representamen o significante y objeto o referente no es de semejanza ni natural o de causa-efecto, sino arbitraria, convencional, pactada en el seno de una sociedad: el himno nacional, la bandera, la mayor parte de los vocablos de las lenguas naturales salvo las onomatopeyas sonoras del lenguaje oral o visuales del lenguaje escrito (caligramas, por ejemplo).
Diría Fontanille en Semiótica del discurso6 que las investigaciones hechas, hasta finales de los noventa, en torno a la semiótica «han sido desarrolladas desde perspectivas con frecuencia divergentes, a veces incluso francamente polémicas», sin embargo existe una innovación teórica y metodológica que parte del estructuralismo, pero a diferencia de este, en vez de plantear como principio que solo los fenómenos discontinuos y las oposiciones llamadas “discretas” son pertinentes, toma en cuenta los procesos de emergencia y de instalación de estos fenómenos y de estas oposiciones; es así como han surgido las diferentes ramas de la semiótica.