- Análisis del mercado y la competencia: Comienza por realizar un análisis del mercado en el que se desarrollará tu proyecto, identificando las necesidades del mercado, las oportunidades y las posibles barreras de entrada. También es importante analizar a la competencia, sus fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas.
- Estudio de la viabilidad técnica: En esta fase, se debe evaluar la viabilidad técnica del proyecto, teniendo en cuenta aspectos como la tecnología a utilizar, los recursos necesarios, el equipo de trabajo y la infraestructura requerida.
- Análisis financiero: Para determinar la viabilidad económica del proyecto, es importante realizar un análisis financiero detallado, que incluya el cálculo del presupuesto, los ingresos esperados, los gastos fijos y variables, los márgenes de beneficio, y el punto de equilibrio.
- Estudio legal y normativo: Para evitar problemas legales, es importante investigar las leyes y normativas que se aplican al proyecto, incluyendo las regulaciones fiscales, de propiedad intelectual, laborales, medioambientales y cualquier otra que pueda ser relevante.
- Planificación y gestión de riesgos: Identifica los posibles riesgos y amenazas que podrían afectar al proyecto y elabora un plan de contingencia para cada uno de ellos. Asimismo, deberás establecer un plan de gestión de riesgos que permita anticiparse y mitigar los riesgos a medida que surjan.
- Evaluación de la rentabilidad y la sostenibilidad: Por último, es importante evaluar la rentabilidad y la sostenibilidad del proyecto a largo plazo, considerando aspectos como el impacto en el medio ambiente, la responsabilidad social corporativa y la viabilidad financiera a largo plazo.
Siguiendo estos pasos y teniendo en cuenta los diferentes factores que influyen en la viabilidad de un proyecto, podrás elaborar un plan de viabilidad sólido y confiable.