El desarrollo de la prosa desde el Barroco hasta el siglo XIX abarca un período clave en la evolución literaria, donde se observan importantes transformaciones estilísticas, temáticas y de géneros literarios. Se abordan las características más destacadas de este período en tres grandes etapas: Barroco, Ilustración y Romanticismo, con una mirada a las principales figuras y obras representativas.
La prosa es una forma de expresión oral o escrita que no está sujeta a las reglas del verso. Se caracteriza por:
- Presentar ideas de manera consecutiva, coherente y cohesionada
Formar oraciones y párrafos, en lugar de versos y estrofas No tener ritmo métrico, repetición ni periodicidad.
La prosa se diferencia del verso en que no tiene reglas estrictas, como la rima. Un ejemplo de texto en prosa es: “Camino sin luz, desemboca en mi alma un dolor profundo”.
La prosa poética es un tipo de obra lírica que tiene los mismos elementos que un poema, pero sin los elementos formales del verso, como la rima y la métrica.
1. La prosa en el Barroco (Siglo XVII)
El Barroco se caracteriza por un estilo literario que busca el exceso y la complejidad en la forma, con un enfoque en lo artificioso, lo exuberante y lo dinámico. En la prosa barroca se encuentran dos corrientes principales: el culteranismo, representado por Luis de Góngora, y el conceptismo, por Francisco de Quevedo.
Características principales:
- Lenguaje ornamentado: Uso abundante de metáforas, hipérboles y antítesis.
- Complicación estructural: Sintaxis compleja y juegos de palabras que retan al lector.
- Temáticas desengañadas: El paso del tiempo, la fugacidad de la vida, la muerte, el desengaño y el pesimismo son temas recurrentes.
- Dualidad entre lo culto y lo popular: Mientras algunos autores exploraban el refinamiento intelectual, otros apelaban a las costumbres populares y sátiras.
Obras representativas:
- Francisco de Quevedo: Su prosa se centra en la sátira y la crítica social. Ejemplo clave es La vida del Buscón llamado Don Pablos (1626), una novela picaresca que critica los vicios y la corrupción del tiempo.
- Baltasar Gracián: Con su obra El Criticón (1651-1657), Gracián desarrolla una novela alegórica y filosófica que explora el destino del ser humano en la vida.
2. La prosa en la Ilustración (Siglo XVIII)
¿Qué fue la Ilustración?
Se define a la Ilustración o Iluminismo como un proceso histórico en el que floreció el pensamiento racionalista y liberal en Europa, que se desarrolló sobre todo en el siglo XVIII, por lo que se conoce a éste como el Siglo de las Luces o la Era de la Ilustración.
La Ilustración trae consigo una prosa más didáctica y racional, en contraposición al barroquismo. En este período, la literatura se convierte en un vehículo para difundir ideas filosóficas, científicas y sociales, buscando educar y reformar a la sociedad.
Características principales:
- Estilo claro y directo: La prosa se simplifica, buscando la claridad y el razonamiento lógico.
- Preocupación social y política: Se abordan temas como la educación, los derechos humanos, la justicia y el progreso.
- Ensayo y crítica: Son géneros que dominan el periodo, ya que permiten una mayor discusión de las ideas ilustradas.
Obras representativas:
- Benito Jerónimo Feijoo: Con sus ensayos como Teatro Crítico Universal (1726-1739), Feijoo critica las supersticiones y las falsas creencias de su tiempo, fomentando el espíritu crítico.
- Gaspar Melchor de Jovellanos: En su obra Informe sobre la Ley Agraria (1795), Jovellanos desarrolla un análisis de las reformas necesarias para mejorar las condiciones económicas de España.
3. La prosa en el Romanticismo (Siglo XIX)
El Romanticismo fue un movimiento cultural, artístico y literario que surgió en Europa a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Se caracterizó por:
- La exaltación de los sentimientos, la pasión, la imaginación y el individualismo.
La ruptura con el neoclasicismo y el Antiguo Régimen. La recuperación del color frente al dibujo. La preferencia por la pintura sobre la arquitectura. La relación del artista con sus temas y la sociedad. La importancia del folclore y la sabiduría popular. La valoración de la rebeldía y la ruptura de las reglas.
El Romanticismo surgió como reacción a la Ilustración y el neoclasicismo, y se desarrolló en un contexto de inestabilidad económica, política y social.
Algunos de los temas centrales del Romanticismo fueron: El individualismo, La melancolía, La evasión, La relación del humano con la naturaleza.
Algunos de los artistas más importantes del Romanticismo fueron: Goya, Edgar Allan Poe, Caspar David Friedrich, J. M. William Turner.
El Romanticismo supone un giro hacia la exaltación del individualismo, la subjetividad, la naturaleza y los sentimientos, alejándose del racionalismo ilustrado. En la prosa romántica, se da mayor libertad a la expresión de emociones y a la exploración de lo irracional y lo sublime.
Características principales:
- Subjetivismo: Predominio de las emociones y experiencias personales sobre la razón.
- Nacionalismo y búsqueda de lo autóctono: Se valoran las tradiciones locales y la historia de los pueblos, lo que se refleja en novelas históricas.
- Sentimiento de libertad: Las normas literarias son menos rígidas, lo que permite mayor experimentación en la estructura y forma.
- Predilección por lo exótico y lo misterioso: Se exploran temas como el amor trágico, la naturaleza indómita y lo sobrenatural.
Obras representativas:
- Gustavo Adolfo Bécquer: Aunque es más conocido por su poesía, su prosa también destaca, como en Las leyendas (1860-1865), donde fusiona lo romántico con lo sobrenatural y lo fantástico.
- José de Espronceda: En su novela Sancho Saldaña o El castellano de Cuéllar (1834), Espronceda mezcla la narrativa histórica con elementos románticos, como el heroísmo y el destino trágico.
- Fernán Caballero (Cecilia Böhl de Faber): Autora de novelas costumbristas como La gaviota (1849), que retratan la vida rural de Andalucía, mezclando lo romántico con un realismo incipiente.
4. Transición hacia el Realismo (Finales del Siglo XIX)
A medida que se acerca el final del siglo XIX, el Realismo comienza a cobrar fuerza como una reacción a los excesos del Romanticismo. Este nuevo movimiento busca retratar la vida de manera objetiva y detallada, enfocándose en las realidades sociales y las clases medias y bajas.
Obras representativas:
- Benito Pérez Galdós: Fortunata y Jacinta (1887) es una de sus grandes novelas realistas, donde describe con gran detalle la vida cotidiana y las tensiones sociales de la España de su tiempo.