Las cualidades primarias, también conocidas como intrínsecas, son aquellas que se atribuyen a los objetos o sustancias en sí mismas, independientemente de la percepción que tengamos de ellas. Estas cualidades incluyen características como el tamaño, la forma, el peso y la densidad. Son cualidades que se consideran objetivas y universales, ya que se pueden medir y cuantificar de manera precisa.
Por otro lado, las cualidades secundarias, también conocidas como sensibles, son aquellas que dependen de la percepción sensorial de los objetos o sustancias. Estas cualidades incluyen características como el color, el olor, el sabor y la textura. Son cualidades subjetivas, ya que dependen de la experiencia individual de cada persona.
Por último, las cualidades adquiridas o axiológicas son aquellas que se basan en valores y principios éticos y morales. Estas cualidades incluyen características como la honestidad, la lealtad, la responsabilidad y la compasión. Son cualidades que se desarrollan a lo largo del tiempo y se basan en las experiencias y la educación de cada persona.
Es importante destacar que estas tres categorías de cualidades no son mutuamente excluyentes, y muchos objetos y sustancias pueden tener cualidades que se ajusten a más de una categoría. Por ejemplo, un libro puede tener cualidades primarias, como su tamaño y peso, cualidades secundarias, como su color y textura, y cualidades adquiridas, como su valor educativo y cultural.