ClasesGÉNEROS LITERARIOSLírica del barroco al siglo XIX

Lírica del barroco al siglo XIX

El tema de la lírica del Barroco al siglo XIX es amplio y abarca la evolución de estilos, formas y temas a lo largo de varios siglos, donde se reflejan los cambios culturales, sociales y artísticos de cada época. A continuación, desarrollo este tema en diferentes periodos clave:

1. La Lírica en el Barroco (siglo XVII)

El Barroco se caracteriza por un estilo recargado, dramático y complejo que se refleja también en la lírica. Los poetas barrocos se enfocaron en expresar las tensiones y contradicciones de la vida, como la fugacidad del tiempo, el desengaño y la dualidad entre el placer y el dolor.

Características de la lírica barroca:

  • Conceptismo y Culteranismo: Estas corrientes dominaron la poesía barroca. El conceptismo, encabezado por Francisco de Quevedo, utiliza juegos de ideas y conceptos profundos; mientras que el culteranismo, cuyo máximo representante es Luis de Góngora, se enfoca en un lenguaje ornamental y rebuscado, con abundante uso de metáforas y alusiones mitológicas.
  • Temas: Se destacan el pesimismo, el desengaño y la reflexión sobre la muerte. La vida es vista como transitoria y engañosa.
  • Estilo: Uso de contrastes, antítesis, hipérboles y una métrica compleja, como sonetos, décimas y letrillas.

Poetas destacados:

  • Luis de Góngora: Su obra cumbre, Soledades, es un ejemplo de poesía culta llena de metáforas y referencias mitológicas.
  • Francisco de Quevedo: Autor de sonetos donde explora temas filosóficos y de crítica social.

2. Lírica en el Neoclasicismo (siglo XVIII)

El Neoclasicismo, como reacción al Barroco, propone una vuelta a la sencillez y a los ideales clásicos de equilibrio, claridad y razón. La poesía neoclásica está influenciada por la Ilustración y se enfoca en educar y moralizar, rechazando los excesos emocionales del Barroco.

Características de la lírica neoclásica:

  • Racionalismo: La lírica neoclásica valora la razón sobre los sentimientos.
  • Didactismo: La poesía tiene una función moral y educativa.
  • Imitación de los clásicos: Los autores se inspiran en los modelos grecolatinos, como Horacio y Virgilio.
  • Sencillez formal: Uso de un lenguaje claro y conciso, con métrica tradicional como el verso endecasílabo.

Poetas destacados:

  • Nicolás Fernández de Moratín: Aunque más conocido por su teatro, su poesía sigue los principios neoclásicos.
  • Juan Meléndez Valdés: Poeta lírico que, a pesar de seguir el modelo neoclásico, introduce sentimientos más personales y sensuales, anticipando el Romanticismo.

3. Lírica en el Romanticismo (primera mitad del siglo XIX)

El Romanticismo surge como una reacción al racionalismo neoclásico y promueve la exaltación del yo individual, los sentimientos y la naturaleza. Los poetas románticos buscan la libertad en la creación artística y desafían las normas formales rígidas.

Características de la lírica romántica:

  • Exaltación del yo y los sentimientos: Los poetas exploran sus emociones, desde el amor apasionado hasta la melancolía y el desengaño.
  • Rebeldía: Se rechaza la tradición y se aboga por la libertad en la creación literaria.
  • Temas: La naturaleza, lo sobrenatural, lo exótico y la muerte son temas recurrentes.
  • Nostalgia y melancolía: Muchos poetas expresan un sentimiento de insatisfacción y añoranza por tiempos pasados o ideales inalcanzables.
  • Estilo: Ruptura con las formas clásicas; predominio de versos libres y estrofas irregulares.

Poetas destacados:

  • Gustavo Adolfo Bécquer: Uno de los máximos exponentes del Romanticismo español, su obra Rimas captura el tono melancólico y sentimental del movimiento.
  • José de Espronceda: Su poesía, como Canción del Pirata, refleja el espíritu rebelde y aventurero del Romanticismo.

4. Lírica en el Realismo y Naturalismo (segunda mitad del siglo XIX)

Con el auge del Realismo y el Naturalismo en la segunda mitad del siglo XIX, la lírica toma una posición secundaria frente a la novela, que se convierte en el género dominante. Sin embargo, la poesía sigue existiendo, aunque con una mirada más objetiva y centrada en lo cotidiano.

Características de la lírica realista y naturalista:

  • Descriptivismo: Se pone énfasis en la descripción detallada de la realidad.
  • Menos énfasis en la emoción: A diferencia del Romanticismo, la lírica realista se enfoca más en la observación objetiva de la vida cotidiana.
  • Cuidado formal: Se mantiene un respeto por la métrica y las formas tradicionales, aunque sin la exuberancia del Romanticismo.

Poetas destacados:

  • Ramón de Campoamor: Su poesía filosófica y a veces irónica refleja las preocupaciones de la época.

Lírica Barroca

La lírica barroca es el conjunto de poemas líricos que se produjeron en el Barroco, un movimiento cultural que tuvo lugar en el siglo XVII en Europa, sobre todo en España, y en Hispanoamérica.

Ejemplos de lírica barroca:

  • “Vana rosa”, de Luis de Góngora
  • “A Roma, sepultada en sus ruinas”, de Francisco de Quevedo
  • “Soneto XLI”, de Sor Juana Inés de la Cruz

La lírica barroca surgió como contraposición a la lírica renacentista, puesto que se dejaron de lado algunos temas y la forma equilibrada y armónica de la poesía del período anterior, para crear un estilo ornamentado, desbordado y desproporcionado.

Sin embargo, el quiebre con el Renacimiento no fue tan agudo, porque se siguieron utilizando temas y recursos de la literatura clásica, aunque abordados de otra manera.

Contexto de la lírica barroca: En España, la lírica barroca estuvo fuertemente influenciada por la situación política, económica y social, puesto que el malestar general y el pesimismo se expresaron y se representaron en las composiciones. En este país en el siglo XVII hubo tres crisis:

  • Una crisis política. Fue causada por la pérdida de poder de los reyes Felipe III, Felipe IV y Carlos II, que delegaron algunas de sus funciones en los validos, es decir, ministros que tomaban las decisiones más importantes.
  • Una crisis económica. Fue causada por la bancarrota de la Corona española y la mala administración de las riquezas.
  • Una crisis social. Fue causada por las guerras con otros países, el empobrecimiento de la población, la expulsión de los moros y los judíos y la persecución por parte de la Inquisición a personas no católicas.

Características de la lírica barroca

Las características de la lírica barroca son:

  • Forma. Se continuaron escribiendo composiciones renacentistas, como el soneto y la canción, pero se buscó que fueran más ornamentales y que rompieran con el efecto armónico y la proporción clásica. El objetivo de los autores barrocos era diferenciarse de la lírica petrarquista del Renacimiento y darle más relevancia a la forma que al contenido.
  • Estilo. Se le dio mucho peso a la estética y la complejidad. En algunos casos, las composiciones líricas adoptaron un tono satírico, irónico o burlesco.
  • Lenguaje. Se hizo más complejo, puesto que se utilizaron términos provenientes de otras lenguas o que fueron creados por los autores. Además, no era transparente, puesto que no representaba las ideas de manera directa, sino de forma elusiva o sugestiva, y las palabras se empleaban con un significado distinto al habitual.
  • Figuras retóricas. Se empleaban de manera abundante, por eso, los poemas eran difíciles de comprender. Algunas de las más utilizadas fueron metáfora, hipérbaton, paralelismo, paranomasia, comparación, antítesis e hipérbole.

Temas de la lírica barroca

Los temas más frecuentes de la lírica barroca son:

  • La visión pesimista del mundo.
  • El desengaño de la realidad.
  • La decadencia de la sociedad.
  • La fugacidad de la vida y la muerte.
  • La idea de ilusión y apariencia que oculta la verdad, porque la vida es como un sueño o como una ficción.
  • El amor y la mujer, que suelen aparecer de manera satirizada.
  • La destrucción de la belleza con el paso del tiempo.
  • Las ruinas como un reflejo del paso del tiempo y la gloria perdida.
  • La soledad.
  • La religión católica.
  • La mitología clásica.

Tipos de composiciones de la lírica barroca

Las composiciones líricas más importantes del Barroco son:

  • Soneto. Está formado por dos cuartetos (estrofas de cuatro versos de once sílabas) y dos tercetos (estrofas de tres versos de once sílabas) con rima consonante.
    Por ejemplo: “Del hablar con Dios”, de Félix Lope de Vega.
  • Letrilla. Está formada por estrofas de versos octosílabos (de ocho sílabas) o hexasílabos (de seis sílabas) y un estribillo que se repite. Suele tener un carácter satírico o amoroso.
    Por ejemplo: “Aprended, flores en mí”, de Luis de Góngora.
  • Romance. Está formado por versos octosílabos (de ocho sílabas) con rima asonante en los versos pares y suele tener una gran extensión. Suele narrar historias de diversos temas.
    Por ejemplo: Fábula de Píramo y Tisbe”, de Luis de Góngora.
  • Villancico. Está formado por redondillas (estrofas de versos de ocho sílabas con rima consonante) y un estribillo que se repite.
    Por ejemplo: “Burlas de amor”, de Félix Lope de Vega.
  • Canción. Está formada por estancias (estrofas de versos de once y siete sílabas con rima consonante) y un estribillo que se repite.
    Por ejemplo: Canción II”, de Luis de Góngora.
  • Silva. Está formada por una cantidad indeterminada de versos endecasílabos (de once sílabas) y heptasílabos (de siete sílabas) con rima consonante o asonante.
    Por ejemplo: “Silva I” de La gatomaquia, de Félix Lope de Vega.

Culteranismo y conceptismo

El culteranismo y el conceptismo son las dos corrientes de la lírica barroca, que nacieron como un intento de renovación respecto a la literatura del periodo anterior.

Sus principales características son:

CulteranismoConceptismo
Predominio de la forma sobre el contenido, es decir, importaba más cómo estaba hecho el poema que su temática.Predominio del contenido sobre la forma, ya que los autores buscaban expresar las ideas de una forma ingeniosa.
Imitación de la sintaxis latina, que generaba una complejidad en la comprensión.Utilización de una sintaxis simple.
Utilización de cultismos (palabras provenientes del latín y el griego antiguos), extranjerismos (palabras provenientes de otros idiomas) y neologismos (palabras nuevas).Utilización de un lenguaje amplio y literario, puesto que se incluían cultismos, extranjerismos y neologismos, pero también vulgarismos.
Utilización de referencias a la cultura latina, sobre todo, a su mitología y su literatura.Utilización de referencias a distintos temas, como el amor, la moral y la religión.
Empleo excesivo de figuras retóricas, como la metáfora, el hipérbaton, la hipérbole, la antítesis y el paralelismo.Uso abundante de figuras retóricas y recursos literarios, como el juego de palabras, la paronomasia, la comparación, la antítesis y la hipérbole.
Su autor más representativo fue Luis de Góngora.Su autor más representativo fue Francisco de Quevedo.

Autores de la lírica barroca

Los autores más destacados de la lírica barroca son:

  1. Luis de Góngora (1561-1627). Fue el autor español más relevante del culteranismo y escribió poesía tanto de tradición popular como culta. Algunas de sus obras más relevantes son:
  • Soledades
  • “Fábula de Polifemo y Galatea”
  • “En los pinares de Júcar”
  1. Francisco de Quevedo (1580-1645). Fue uno de los autores españoles más destacados del conceptismo. Principalmente escribió textos en prosa, pero también poemas de tema amoroso o moralizante o de carácter satírico y burlesco. Algunas de sus obras más relevantes son:
  • “A la brevedad de la vida”
  • “Romance satírico”
  • “Himno a las estrellas”
  1. Lope de Vega (1562-1635). Fue un autor español que se destacó en el teatro y en la poesía. Escribió composiciones que seguían la tradición popular y que eran simples, es decir, opuestas al estilo culterano. Algunas de sus obras más relevantes son:
  • Rimas sacras
  • “Soneto CXXVI”
  • Romances moriscos
  1. Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695). Fue una autora mexicana que escribió poemas de tema amoroso, religioso y filosófico. También incluyó historias y mitología precolombinas y criollas. Algunas de sus obras más relevantes son:
  • “Soneto X”
  • “Redondilla II”
  • “Romance VII”
  1. Bartolomé Leonardo de Argensola (1562-1631). Fue un escritor español que utilizó un estilo clasicista, pero que incorporó elementos del Barroco. Algunas de sus obras más relevantes son:
  • “Canción a la primavera”
  • “Elegía”
  • “Soneto XXV”
  1. Luis Carrillo y Sotomayor (1582-1610). Fue un autor español que siguió el estilo de Luis de Góngora y que se destacó por sus sonetos de tema amoroso. Algunas de sus obras más relevantes son:
  • “Soneto V”
  • “Soneto XVII”
  • “Fábula de Acis y Galatea”
  1. Pedro Soto de Rojas (1584-1655). Fue un autor español que combinó elementos de la poesía de Luis de Góngora y de Francesco Petrarca, un autor italiano renacentista. Algunas de sus obras más destacadas son:
  • “Los rayos de Faetón”
  • “Amor, médico ignorante”
  • “Jazmines, esperanza en blanco”
  1. Juan de Tassis y Peralta (1582-1622). Fue un autor español que combinó elementos del culteranismo con formas y temas renacentistas y medievales. Escribió algunos poemas satíricos para criticar la situación política y moral de España y otros en los que reflexionaba sobre el amor, la muerte y la religión o narraba historias de la mitología grecolatina. Algunas de sus obras más destacadas son:
  • “A un retrato”
  • “Fábula de Faetón”
  • “Fábula de Apolo y Dafne”
  1. Gabriel Bocángel (1603-1658). Fue un autor español que utilizó las reglas y los temas del culteranismo, aunque sus poemas mostraban un estilo más simple. En sus obras reflexionó sobre diversos temas, como la muerte, el amor, el desengaño y el elogio a la nobleza. Algunas de sus obras más destacadas son:
  • La lira de las Musas
  • “El cortesano español”
  • “Fábula de Hero y Leandro”
  1. Bernardo de Balbuena (1562-1627). Fue un autor español que pasó la mayor parte de su vida en América y que mezcló elementos del Renacimiento y del Barroco. Algunas de sus obras más relevantes son:
  • “Bernardo”
  • Grandeza mexicana

Lecturas

  1. “Miré los muros de la patria mía”, de Francisco de Quevedo

Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes ya desmoronados
de la carrera de la edad cansados
por quien caduca ya su valentía.

Salíme al campo: vi que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados
que con sombras hurtó su luz al día.

Entré en mi casa: vi que amancillada
de anciana habitación era despojos,
mi báculo más corvo y menos fuerte.

Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.

  1. “¡Ah de la vida! ¿Nadie me responde?”, de Francisco de Quevedo

«¡Ah de la vida!»… ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las Horas mi locura las esconde.

¡Que sin poder saber cómo ni adónde
la salud y la edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.

Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto:
soy un fue, y un será, y un es cansado.

En el hoy y mañana y ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.

  1. “Soneto V”, de Sor Juana Inés de la Cruz

Prosigue el mismo asunto, y determina que prevalezca la razón contra el gusto

Al que ingrato me deja busco amante;
al que amante me sigue dejo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata,
maltrato a quien mi amor busca constante.

Al que trato de amor hallo diamante
y soy diamante al que de amor me trata,
triunfante quiero ver al que me mata
y mato al que me quiere ver triunfante.

Si a éste pago, padece mi deseo;
si ruego a aquel, mi pundonor enojo;
de entre ambos modos infeliz me veo.

Pero yo por mejor partido escojo
de quien no quiero ser violento empleo
que de quien no me quiere vil despojo.

  1. Poesía lírica que pertenece a la obra teatral El ruiseñor de Sevilla, de Félix Lope de Vega

Si os partiéredes al alba
quedito, pasito, amor,
no espantéis al ruiseñor.
Si os levantáis de mañana
de los brazos que os desean,
porque en los brazos no os vean
de alguna envidia liviana,
pisad con planta de lana,
quedito, pasito, amor,
no espantéis al ruiseñor.

  1. “A Don Luis de Góngora”, de Félix Lope de Vega

Claro cisne del Betis que, sonoro
y grave, ennobleciste el instrumento
más dulce, que ilustró músico acento,
bañando en ámbar puro el arco de oro:

A ti lira, a ti el castalio coro
debe su honor, su fama y su ornamento,
único al siglo y a la envidia exento,
vencida, si no muda, en tu decoro.

Los que por tu defensa escriben sumas,
propias ostentaciones solicitan,
dando a tu inmenso mar viles espumas:

Los ícaros defienda, que te imitan,
que como acercan a tu sol las plumas
de tu divina luz se precipitan.

  1. “Soneto 68”, de Félix Lope de Vega

No sabe que es amor quien no te ama,
celestial hermosura, esposo bello;
tu cabeza es de oro, y tu cabello,
como el cogollo que la palma enrama;

tu boca, como lirio que derrama   
licor al alba; de marfil tu cuello;
tu mano el torno, y en su palma el sello
que el alma por disfraz jacintos llama.

¡Ay, Dios! ¿en qué pensé cuando, dejando
tanta belleza, y las mortales viendo,
perdí lo que pudiera estar gozando?

Mas si del tiempo que perdí me ofendo,
tal prisa me daré, que una hora amando
venza los años que pasé fingiendo.

  1. “Pastor que con tus silbos amorosos…”, de Félix Lope de Vega

Pastor que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño;
Tú que hiciste cayado de ese leño,
en que tiendes los brazos poderosos,

vuelve los ojos a mi fe piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño,
y la palabra de seguir te empeño
tus dulces silbos y tus pies hermosos.

Oye, pastor, pues por amores mueres,
no te espante el rigor de mis pecados,
pues tan amigo de rendidos eres.

Espera, pues, y escucha mis cuidados;
pero ¿cómo te digo que me esperes,
si estás para esperar los pies clavados?

  1. “Pues andáis en las palmas…”, de Félix Lope de Vega

Pues andáis en las palmas,
ángeles santos,
que se duerme mi niño,
tened los ramos.

Palmas de Belén
que mueven airados
los furiosos vientos
que suenan tanto:
no le hagáis ruido,
corred más paso,
que se duerme mi niño,
tened los ramos.

El niño divino
que está cansado
de llorar en la tierra
por su descanso,
sosegar quiere un poco
del tierno llanto.
Que se duerme mi niño,
tened los ramos.

Rigurosos yelos
le están cercando,
ya veis que no tengo
con qué guardarlo.
Ángeles divinos
que vais volando,
que se duerme mi niño,
tened los ramos.

  1. “¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?…”, de Félix Lope de Vega

¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta cubierto de rocío
pasas las noches del invierno oscuras?

¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras
pues no te abría! ¡Qué extraño desvarío
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el Ángel me decía:
«Alma, asómate agora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía!»

¡Y cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!

  1. “Memorias de amor”, de Félix Lope de Vega

Resuelta en polvo ya, mas siempre hermosa,
sin dejarme vivir, vive serena
aquella luz que fue mi gloria y pena,
y me hace guerra cuando en paz reposa.

Tan vivo está el jazmín, la pura rosa,
que blandamente ardiendo en azucena,
me abrasa el alma, de memorias llena,
ceniza de su fénix amorosa.

   ¡Oh memoria cruel de mis enojos!
¿Qué honor te puede dar mi sentimiento,
en polvo convertidos sus despojos?

   Permíteme callar sólo un momento;
que ya no tienen lágrimas mis ojos
ni conceptos de amor mi pensamiento.

  1. “Cánsase el poeta de la dilación de su esperanza”, de Félix Lope de Vega

¡Tanto mañana, y nunca ser mañana!
Amor se ha vuelto cuervo o se me antoja.
¿En qué región el Sol su carro aloja,
de esta imposible aurora tramontana?

Sígueme inútil la esperanza vana,
como nave zorrera o mula coja,
porque no me tratara Barbarroja
de la manera que me tratas, Juana.

Juntos Amor y yo buscando vamos
esta mañana, ¡oh dulces desvaríos!
Siempre mañana y nunca mañanamos.

Pues si vencer no puedo tus desvíos,
sáquente cuervos de estos verdes ramos
los ojos; pero no, que son los míos.

  1. Desmayarse, atreverse, estar furioso”, de Félix Lope de Vega

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.

  1. “La muerte es la vida”, de Gabriel Álvarez de Toledo

Esto que vive en mí, por quien yo vivo,
es la mente inmortal, de Dios criada
para que en su principio transformada,
anhele al fin de quien el ser recibo.

Mas del cuerpo mortal al peso esquivo  
el alma en un letargo sepultada,
es mi ser en esfera limitada
de vil materia mísero cautivo.

En decreto infalible se prescribe
que al golpe justo que su lazo hiere
de la cadena terrenal me prive.

Luego con fácil conclusión se infiere
que muere el alma cuando el hombre vive,
que vive el alma cuando el hombre muere.

  1. “De San Lorenzo el Real del Escurial”, de Luis de Góngora

Sacros, altos, dorados capiteles,
Que a las nubes borráis sus arreboles,
Febo os teme por más lucientes soles
Y el cielo por gigantes más crueles.

Depón tus rayos, Júpiter; no celes
Los tuyos, Sol; de un templo son faroles
Que al mayor mártir de los españoles
Erigió el mayor rey de los fieles.

Religiosa grandeza del Monarca
Cuya diestra real al Nuevo Mundo
Abrevia, y el Oriente se le humilla.

Perdone el tiempo, lisonjee la Parca
La beldad desta Octava Maravilla,
Los años deste Salomón Segundo.

  1. “Perdido ando, señora, entre la gente”, de Bernardo de Balbuena

Perdido ando, señora, entre la gente
sin vos, sin mí, sin ser, sin Dios, sin vida:
sin vos porque de mí no sois servida ,
sin mí porque sin vos no estoy presente;

sin ser porque del ser estando ausente
no hay cosa que del ser no me despida ;
sin Dios porque mi alma a Dios olvida
por contemplar en vos continuamente;

sin vida porque ausente de su alma
nadie vive, y, si ya no estoy difunto
es en fe de esperar vuestra venida.

¡Oh bellos ojos, luz preciosa y alma,
volved a mirarme, volveréisme al punto
a vos, a mí a mi ser, mi dios, mi vida!

Fuente: https://lenguaje.com/lirica-barroca/#ixzz8odOEejhm

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