¿Qué es una retícula y para qué sirve?
La retícula es la subdivisión de una superficie bidimensional o tridimensional en campos o espacios más reducidos a modo de reja.
Una retícula adecuada posibilita la disposición sistemática y lógica de texto e ilustraciones de un modo compacto y con ritmo propio.
Los beneficios que reporta trabajar con una retícula son sencillos: claridad, eficacia, economía y continuidad.
Retícula de manuscrito
Estructuralmente es la retícula más sencilla. Su tarea es acoger textos largos y continuos.
Tiene una estructura principal -el bloque de texto y los márgenes que definen su posición en la página- y una estructura secundaria -cartera, títulos de capítulo, numeración de páginas, notas a pie de página …-.
Hay que prestar atención a la mancha tipográfica, los márgenes y las variables tipográficas.
Retícula de columnas
División en dos columnas: en la primera se puede poner el texto y en la segunda las imágenes, o también se pueden combinar arriba y abajo en la misma comuna. Se puede subdividir en cuatro columnas.
División en tres columnas: también ofrece un número suficiente de posibilidades de variación para la colocación de los textos y la disposición de imágenes de distintos tamaños. Puede a su vez, subdividirse en seis columnas (posible ancho de columna corto).
Retícula modular
Es, en esencia, una retícula de columnas con gran número de líneas de flujo horizontales que subdividen las columnas en filas, creando una matriz de celdas llamadas módulos.
Es adecuado para el diseño de información tabulada, como cuadros, formularios, programaciones o sistemas de navegación.
Retícula jerárquica
Tipo de retícula que no se basa en intervalos regulares y repetidos, sino que se construye a partir de las necesidades de la información que organizan.
Se comienza analizar la interacción óptica que provocan los diversos elementos si se sitúan de manera espontánea en diferentes posiciones y, a continuación, se trata de elaborar una estructura racionalizada que los coordine.
Variación y violación
Una vez elaborada la retícula, uno de los mayores peligros es caer en cierta monotonía que de como resultado un producto gráfico lineal y aburrido. Para otorgar dinamismo a tu proyecto, es importante sacar el rendimiento oportuno a la capacidad de variación compositiva que posee tu retícula. A continuación, te presentamos un ejemplo de dobles páginas en las que los módulos azules representan los bloques de texto y los magentas las imágenes.
Retículas para símbolos y logotipos
A la hora de abordar un trabajo de diseño de marca, podemos empezar a trabajar sobre una rejilla que nos ayude a distribuir y obtener las formas que deseamos.
Gracias a esta manera de proceder, las relaciones de aspecto y tamaño de los elementos de diseño guardarán unos valores fijos que nos permitirán mantener la integridad de nuestra pieza.
Hasta cierto punto, se trata de garantizar las condiciones de reproducción del producto gráfico más allá de la arbitrariedad del gesto.
Retículas para carteles
Tal vez la creación de un cartel sea una de las tareas más complejas a las que enfrentarse dentro de la disciplina del diseño.
Se trata de una pieza de comunicación en la que el mensaje ha de llegar al espectador de forma directa, logrando instalarse en su memoria con ahínco y perseverancia.
Con cerca de 150 años, la historia del cartel presenta excelentes ejemplos de trabajos gráficos basados en el carácter gestual del autor.
No obstante, también en este terreno la retícula ha jugado un papel crucial.